lunes, 29 de junio de 2015

Comentario a César Montúfar, la trampa de la polarización

César Montúfar a veces apunta cosas interesantes. Pero esta vez hace notoria su propia ceguera al sugerir no caer en polarizaciones políticas, cuando en realidad, como se aprecia sin dificultad en el actual ambiente, ya lo están. Éstas, por una parte, no son nuevas ni en el gobierno ya que la polarización fue su punto principal de partida y estrategia, ni en la historia de los movimientos políticos, y por otra, no son innecesarias ya que éstas pueden informar de las posibilidades y limitaciones, o al menos frenar los procedimientos como lo ocurrido con la ley para el impuesto de herencia pero sin suficientes argumentos o análisis. Esta frenada es un buen ejemplo de esto pues la interacción de fuerzas, algunas de ellas no necesariamente con algo de objetividad (revisar por ejemplo la estadística de las herencias recibidas en Ecuador, aunque es necesario investigar los significados de los manifestantes de oposición, pues seguro hay expectativas de crecimiento social apuntalados por el mismo gobierno y no necesariamente un 'lavado de cerebro de los políticos de oposición') como las expresadas a través de un "carajazo" o una "reventada de canguil" que no parecen reconocer aciertos o avances, irónicamente contribuyen a las aspiraciones de debates que clarifiquen un poco más las reales preocupaciones o aspiraciones del gobierno.De acuerdo con Montúfar en que es necesario seguir insistiendo en el debate y evitar las polarizaciones (aunque Montufar dice que no estamos igual que Venezuela, se equivoca con la sola comparación), pero también hay que reconocer que las polarizaciones de un individuo o grupo son no pocas veces el resultado de 'buenos' impulsos emotivos no necesariamente buscados y a los que también contribuyen los sentimientos colectivos del momento. Éstos sentimientos pueden ser politizados (aunque ellos ya son una expresión política) para fomentar la estupidez o para superarnos.¿Otro ejemplo de estas contradicciones?: la negativa hacia la decisión de la corte de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Mientras los líderes de las iglesias se rasgan las vestiduras por tal decisión, al mismo tiempo continúan discriminándolos o excluyéndolos al ni siquiera poder imaginar ministerios para ellos/as o peor aun, lo cual es su actuación histórica, radicalizando la polarización denigrándolos/as o condenándolos/as. Me parece que gran parte de la responsabilidad de esta ley recae en los mismos líderes religiosos por causa de sus posiciones fundamentalistas. Ojalá esta decisión, por polarizada que parezca, les permita al menos superar las limitadas formas de concebir el ministerio hacia quienes son diferentes a la mayoría (política, sexual,.. al final todo es político), aprender a quienes 'miramos' desde no tan lejos, y debatir sin polarizaciones como bien sugiere el profesor Montúfar.http://j.mp/1eVZVtk

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